Una vez dicho esto, podemos explicar con mayor claridad lo siguiente: para poder reducir nuestra basura, estamos hablando no solo del volumen, sino también del consumo, es decir, aprender a gestionar nuestra despensa de manera que no generemos desperdicios, o al menos, sea lo mínimo posible.
Por otro lado, en materia de
reciclaje, es necesario tener contenedores donde podamos almacenar una buena cantidad de desecho separado y clasificado. Por ejemplo, tener un contenedor para todos los desperdicios de plástico, otro para todo el cartón y el papel, sin olvidar que es necesario uno más para la chatarra electrónica.
Una vez que lo hemos acumulado debemos tener cierta paciencia, porque será necesario dejar que pasen algunos días antes de llevarla al centro de reciclaje. Recuerden que, en esta época de pandemia,
el virus puede transmitirse por estar activo sobre distintas superficies.
Se dice que el virus puede permanecer activo en las superficies por algunas horas e incluso días. Así que esperar alguna semana no vendría mal. El dinero que obtendrás de llevar el material de reciclaje será mínimo, quizá apenas alcance a cubrir el costo de su transportación.
Pero bueno, acá no estamos pensando en el negocio, más bien pensamos en hacer bien las cosas. Para hacer de este mundo un lugar mejor ¿No es así?
Separa la basura que se genera, resultante de desperdicios no reusables ni reciclables, utilizados por una persona infectada con COVID-19 o cualquier enfermedad infecciosa. Esto incluye, cubrebocas, guantes, papel, chicles, material de aseo personal, jeringas, apósitos, gasas etc.
Una vez que ya has separado la basura se colocará en una bolsa de plástico. Ésta debe ser rociada con una solución de agua clorada, en una proporción de 10 mililitros de cloro por cada litro de agua. Rocía abundantemente por dentro y por fuera.
Marca con un plumón permanente especificando que se trata de residuos sanitarios. Cierra muy bien la bolsa y con mucho cuidado. Recuerda lavarte las manos después de incorporar la bolsa con el resto de desechos.
Procura colocarla con cuidado, teniendo la precaución de no dañar, romper, o perforar la bolsa.
Sobre todo, sé prudente, mantente a salvo, cuida de los tuyos. Recuerda que la prevención es mucho más económica que vivir la enfermedad y su tratamiento.