La inmensa producción de basura a nivel mundial ha impulsado distintos movimientos con la premisa de la reducción de desperdicios y encontrar nuevos usos para la basura, sea a través del reciclaje o de reúso de la misma.
En este sentido, Zero Waste (Cero Desperdicio en español) es un movimiento que tiene como iniciativa replantear el concepto de la basura. Básicamente plantean la idea de que nada es un desperdicio y que todo se transforma, por lo que podemos reducir nuestra basura de al nivel de que esta entre en un frasco con capacidad de 500 mililitros.
Origen de Zero Waste
El término ‘Zero Waste’ nace gracias a una mujer francesa que reside en los Estados Unidos, llamada Bea Johnson. En el año 2009, esta empezó a compartir los métodos para la reducción de basura que aplicaba en su casa para reducir casi por completo la producción de basura. Fue hasta el año 2013 que esta publicó el libro ‘Residuo cero en casa. Una guía para simplificar nuestra vida’, que llegó a ser traducido a 20 idiomas.
Desde entonces, Johnson se ha dedicado a dar charlas alrededor del mundo, y la Zero Waste International Alliance se ha convertido en un movimiento global con el fin de promover su filosofía para reducir los desperdicios, dando capacitaciones a distintas comunidades y empresas.
El movimiento ha venido cobrando fuerza durante los últimos años, fijando contraposición ante la tendencia de aumento anual de producción de basura. Según la información del Banco Mundial, el nivel de residuos sólidos crecerá en un 70% para el año 2025, pasando de 1.300 toneladas anuales a 2.200 toneladas.
Propuestas para un mundo sustentable
Algunas de las ideas que promueve el movimiento Zero Waste eran aplicadas previo a la era del plástico. Cosas sencillas como el uso de servilletas y pañuelos de tela en el día a día, recipientes de vidrio o acero inoxidable para guardar sobras, agua y vinagre para limpiar y bolsas de tela para las compras pueden tener un impacto verdaderamente grande en el ambiente, logrando disminuir de forma exponencial los desperdicios. Además de ser medidas que ayudan al medio ambiente, terminan ahorrando dinero a largo plazo.
Otra de las propuestas es la compra a granel. Antiguamente, las legumbres se compraban en graneles, los cuales eran entregados por peso en sacos de arpillera. En este caso se pudiera llegar a hacer uso de bolsas plásticas, ya que estas serían reutilizadas y su peso ecológico no sería tan grande.
Cualquier desperdicio, por pequeño que sea contribuye a la contaminación del ambiente. Solemos cometer el error de creer que esta desaparece al momento de tirarla a la basura, pero todo lo que tiramos termina en los vertederos, generando un gran daño al ecosistema.
Los desechos emiten compuestos tóxicos que afectan la tierra y el aire que respiramos, además de que la recolección y eliminación de basura a nivel mundial cuesta millones de dólares.
La gran propuesta de Zero Waste se resume en el seguimiento ordenado de las 5R para la minimización de los residuos.
1. Rechazar (Refuse)
Rechazar implica decir que ‘no’ al uso de todo lo que no necesitas realmente. Por lo general incurrimos en prácticas como la entrega de muestras de perfume, de tickets que no necesitamos, panfletos publicitarios, tarjetas de presentación, etc. Esto también aplica para las compras, y uno de los retos que nos podemos plantear es el de no regresar a casa con más cosas de las que llevábamos al salir salvo que esto sea estrictamente necesario.
2. Reducir (Reduce)
Reducir se resume en determinar si realmente necesitas todo lo que tienes. Es necesario conocer bien tus hábitos de consumo para entender realmente qué necesitas y qué no, y así limitar tu margen de consumo. Al reducir tu consumo, experimentarás la libertad de vivir sin desperdiciar.
3. Reutilizar (Reuse)
Consiste en buscar usos alternativos a todas aquellas cosas que vayas a tirar a la basura. La idea es eliminar casi en su totalidad la cantidad de desechos diarios buscando cómo se pueden emplear para distintos usos. En este punto también entra la posibilidad de arreglar las cosas dañadas en lugar de tirarlas y comprar nuevas, así como comprar cosas de segunda mano que sean funcionales.
4. Reciclar (Recycle)
Si bien el reciclaje es uno de los puntos principales de todos los planes de reducción de desperdicios, Zero Waste insiste en que, antes de llegar a reciclar, se debe pasar por las primeras 3R. Es necesario reducir al máximo la cantidad de desechos que lleguen a esta fase, dado que la gran mayoría de los plásticos reciclables se degradan en el proceso de fabricar productos no reciclables. Se estima que solo el 14% de los plásticos de los embalajes plásticos en el mundo son recolectados para su reciclaje.
5. Compostar (Rot)
El compost es el proceso de reciclaje de la propia naturaleza, en el que los desechos orgánicos se descomponen devolviendo sus nutrientes a la tierra. El gran problema que hay en los vertederos es que no hay el oxígeno suficiente para llevar a cabo el proceso de descomposición de la misma manera. Además, los desperdicios en los vertederos son emisores de gas metano, que es uno de los principales gases causantes del efecto invernadero.
En líneas generales, el plan de Zero Waste es lograr que estemos cada vez más conectados con la naturaleza y que nos cuestionemos qué cosas son necesarias en nuestro día a día. Al tomar conciencia sobre nuestro consumo, reducimos significativamente el daño que se le hace a la Tierra.
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En Seredecom nos dedicamos a la recolección de basura, y hemos dado un paso adelante por el cuidado del medio ambiente.
