No es ningún secreto que la crisis medioambiental actual ha alcanzado niveles preocupantes. Es por esto que la industria comienza a cambiar sus prácticas, de forma que se impulse una verdadera disminución de desechos.
Como resultado, han surgido interesantes prácticas, particularmente en el sector comercial. Un ejemplo notable es el recommerce, el cual impacta de manera directa a la industria de la moda.
¿Es la primera vez que escuchas sobre el recommerce? ¿Te gustaría conocer más sobre ella y
cómo puede beneficiar al medioambiente? A continuación, te compartimos algunos datos indispensables que necesitas saber.
Por su traducción, recommerce significa “reventa”, “comercio inverso”, o bien, “compra de productos de segunda mano''. Lo que quiere decir que
la mayoría de personas en el mundo, en algún momento, hemos hecho uso de esta dinámica.
Y si bien, el artículo de reventa más común son las prendas, cualquier artículo usado puede ponerse a la venta. Sea esto, mediante espacios tradicionales como bazares, anticuarios o mercaditos, o plataformas digitales tales como MercadoLibre o Marketplace de Facebook.
Cabe decir que, a pesar de que esta práctica nos ha acompañado siempre, hoy engloba motivaciones directamente relacionadas con nuestro contexto. Por mencionar algunas de las más importantes:
Existen muchos factores determinantes para el éxito reciente del recommerce, pero sólo nos remitiremos a los tres principales:
la crisis ecológica por desechos sólidos; la pandemia por COVID-19 y la influencia mediática de la Generación Z.
Los efectos económicos de la pandemia fueron tales que, durante el aislamiento, muchas personas aprendieron a aprovechar su dinero al máximo. Plataformas digitales de venta de segunda mano facilitaron en gran medida estas dinámicas de intercambio.
De hecho, según datos del 2020 GlobalData Market Sizing Estimates, esta práctica se ha convertido en costumbre para millennials y centennials. Tanto es así que al menos el 165% de sus integrantes son más proclives al recommerce que las personas Boomers.
Este mismo estudio, lanza algunos resultados en torno a la sustentabilidad. Pues 1 de cada 3 consumidores se preocupa más por usar prendas ecológicas que antes de la pandemia. Y al menos el 51% se muestra más renuente al desperdicio.
Antes de hablar de cómo el re-commerce reduce la producción de artículos contaminantes resulta necesario abordar su mayor contraparte:
la industria de la moda y, particularmente, el sector del llamado “fast fashion” o “moda rápida”.
Este concepto se refiere a la producción masiva de prendas “a la moda” o por temporada. De este modo, la industria insta a sus consumidores a reemplazar sus prendas en plazos muy reducidos. Eliminando el factor práctico y convirtiendo a la ropa en algo desechable.
Como resultado, y según un reporte de la Fundación Ellen MacArthur, la producción de ropa se duplicó en sólo 15 años: con 50 mil millones de prendas en el 2000 y 100 mil millones en 2015. A la par, la frecuencia de uso de la ropa ha decrecido un 36% en el mismo lapso.
Por supuesto, los efectos nocivos al medioambiente no han hecho más que aumentar. Y es que la producción de ropa genera al menos el 10% de emisiones de CO2 a nivel global. En cuanto a desechos sólidos, cada segundo se quema o desecha 2.6 toneladas de prendas.
En contraste con las prendas de circulación lineal, el
comercio circular aplicado de manera masiva tiene muchos efectos ambientales positivos. Siguiendo el caso de las prendas,
al revenderlas y extender su vida útil, reducimos su huella de carbono en un 82%.
Desde luego, esto requiere el involucramiento de grandes marcas relacionadas a la industria textil. Afortunadamente, dada la presión mediática e incluso gubernamental, algunos grandes pasos ya han sido emprendidos.
Por ejemplo: Prada ha comenzado a recuperar el nylon de prendas usadas o defectuosas para fabricar nuevas; H&M ha optado por invitar a sus clientes a llevar sus prendas usadas para recuperar material; y Gucci ha empezado a reciclar sobrantes de colecciones previas.
La economía circular se refiere a un modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible. Mediante ésta, promovemos la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el
aprovechamiento de residuos.
En este sentido,
la economía circular representa la clave para impulsar un
modelo económico sustentable. Y más allá de la compraventa de prendas, es imprescindible que ésta se instaure en cada sector industrial alrededor del mundo.
Algunos de los muchos beneficios de la economía circular son:
Si bien pareciera que la implementación total de un modelo económico circular está muy lejos de conseguirse, los cambios son evidentes. Y según el desarrollo del ecommerce con la disminución de desechos, sus efectos positivos no han hecho más que comenzar.
¿Qué opinas? ¿Te parece que el re-commerce es la práctica que necesitamos para comenzar a cambiar nuestros hábitos de consumo? Anímate a sumarte a este movimiento y opta por la compra-venta de artículos de segunda mano.