Los camiones de basura son un elemento imprescindible para la salubridad actual, particularmente en grandes urbes como Monterrey o CDMX por la cantidad de personas que las habitan. Sin embargo, pese a su importancia, poco es el conocimiento que la población le atribuye en la actualidad.
Y es que estas unidades nos han acompañado a lo largo de nuestra historia como virreinato y, posteriormente, como nación independiente. Consiguiendo el sistema de recolección, saneamiento y procesamiento que conocemos al día de hoy.
¿Te gustaría conocer un poco más acerca de la historia de los camiones de basura y su papel con el medioambiente? Si la respuesta es sí, ¡quédate con nosotros! Aquí te contamos su trayectoria a través de la historia.
Antecedentes para lo que conocemos como camiones recolectores en la actualidad son muchos y varían según la sociedad en cuestión. Por ejemplo, en la Nueva España,
el virrey Revillagigedo planteó el origen de éste a través del llamado “carro de basura”.
Sin embargo, el camión de basura moderno tuvo su origen más próximo hace aproximadamente un siglo.
Su inventor fue el político, empresario e inventor estadounidense George Roby Dempster, entonces alcalde de Knoxville.
Previo a la intervención de Dempster, sí existían vehículos recolectores, pero su uso implicaba gran esfuerzo por parte de los trabajadores. Éstos debían descender de los carros y, bien, vaciar o cargar los pesados contenedores que se empleaban por aquel entonces.
Fue la reducción de estos esfuerzos lo que motivó la creación del Dempster-Dumpster. Éste consistía en un recipiente donde se colocaban los residuos, previo a la acción de un elevador. El artefacto subía los desechos sin necesidad de que los trabajadores descendieran.
Originalmente,
la idea de camiones cerrados de basura surgió en Europa durante la década de 1920. Estos primeros modelos estaban equipados con una cama de metal a prueba de fugas. En la parte superior, el vehículo era cerrado con tapas de bisagras.
Para 1930, estas unidades se volvieron comunes en Estados Unidos y prevalecieron hasta la llegada del Dempster-Dumpster cinco años más tarde. Cabe decir que, contrario a los casos actuales, los primeros contenedores de su clase permanecieron con la carga frontal.
Posteriormente, la implementación que revolucionó el sector de recolección de basura sería la tolva. Ésta, aunada a la intervención de la hidráulica, desempeñó un papel fundamental en la recolección y compactación de la basura.
El primer camión tolva se conocería como Heil Collecto e integraría su tolva encima de un chasis de General Motors. Posteriormente, se desarrollarían los que hoy conocemos como los camiones neumáticos, para residuos voluminosos y de carga trasera, por mencionar algunos.
Lo anterior hablamos específicamente sobre el desarrollo del camión de basura moderno. Sin embargo, si nos referimos a la recolección de basura, debemos remontarnos a varios cientos de años.
Ya desde el neolítico (5000 a.C.) encontramos los primeros antecedentes.
Y es que esta necesidad de saber cómo gestionar nuestros residuos aparece con el sedentarismo de las sociedades. El consenso, en muchos casos, se encontraría en los rellenos sanitarios provisionales u oficializados.
El mismo Imperio Romano desarrollaría la “Cloaca Máxima” al interior de su capital, a la par de las sonadísimas letrinas públicas. Aunque bien, sobra decir que ésta no sería la tendencia. En la mayoría de casos se optaría por retirar los desechos a los márgenes.
En la Nueva España, el virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla y Horcasitas, retomó esta iniciativa. Motivado por la Ilustración europea, ordenó la creación de los carros de basura. Éstos pasarían dos veces al día y los desechos se destinaban a los arrojaderos.
Esta práctica se mantendría hasta el siglo XX con la aparición de los camiones de basura modernos y la tendencia al reciclaje.
Es cierto que la situación sanitaria en el pasado era crítica. En la época colonial las personas solían defecar en la vía pública y tirar sus desechos por las ventanas. Como resultado de esto,
se generaban enfermedades graves en la sociedad novohispana.
Sin embargo, y pese a todo, los desechos continuaban siendo mayormente orgánicos. Con la llegada de la Revolución Industrial, esto cambió radicalmente. Ahora tendría que encontrarse una forma de tratar desechos inorgánicos como nunca en la historia.
Con esto, y tras el Mayo Francés de 1968, la presión medioambientalista se convertiría en una realidad. Los sistemas de recolección de basura comenzaron a exigir un compromiso real por parte de la ciudadanía: separar los residuos orgánicos de los inorgánicos.
Así mismo, comienzan a surgir unidades de recolección especializadas en el tratamiento de desechos inorgánicos sólidos. Un ejemplo de ello son los camiones recolectores de resistencia industrial, capaces de recoger y compactar objetos de grandes dimensiones.
La recolección de basura ha acompañado a los seres humanos desde el establecimiento de las sociedades sedentarias.
En este sentido, los camiones de basura pasan a representar un recurso importantísimo para la supervivencia de las urbes. Y es que su invención implicó una revolución del sistema de saneamiento como pocas se han visto en la historia.
¿Qué te parece? ¿Imaginabas que la historia de los camiones de basura sería tan interesante? ¡No olvides mantenerte al tanto de nuestras publicaciones para conocer más sobre la recolección de basura y el medioambiente!
