El reciclaje se define como una actividad en la que materiales, o productos que ya fueron usados, se someten a un proceso en el que se intentará volver a darle su función original.
Papel, cartón, vidrio, metal ferroso y no ferroso, plásticos, textiles, madera y componentes electrónicos; aunque no lo creas, todos estos son materiales reciclables, la pregunta es ¿contribuimos en el reciclaje?
En México, se cree que no hay lugares que se dediquen a esto, por lo que la población decide tirar todo junto a la basura. Esto es falso, ya que, en los últimos 18 años, México se ha coronado como el país que más recicla PET en Latinoamérica, reciclando el 56% de los envases usados en total.
Sin embargo, aún faltan muchos cambios, si bien el PET ha sido uno de los materiales que más ha progresado en su recolección, podemos hacerlo todavía mejor y con todos los materiales posibles. Aunque es un proceso que conlleva mucho trabajo, se obtienen múltiples beneficios.
Algunos de los beneficios que se obtienen son el ahorro de energía, se reduce la contaminación, se ahorran materias primas, se reduce la cantidad de desechos, se logran preservar los recursos naturales, entre muchos otros.
Cualquier tipo de desecho se puede reciclar; por ejemplo, los residuos orgánicos se pueden utilizar para crear composta, la cual servirá como abono a las plantas.
El reciclaje ya no es tema sólo del activismo, ha adquirido mucha importancia para la sociedad entera, así que como empresa puedes contribuir de formas muy sencillas.
Para empezar, en tu negocio debes contar con los contenedores de reciclaje para que tus empleados y/o clientes acudan a ellos y formen parte del proceso, analiza el tipo de desechos que produces para que el contenedor que coloques sea el adecuado.
Otra forma es examinar tu producto o servicio, ¿estás teniendo un impacto positivo o negativo en el medio ambiente?, si tu respuesta, es la segunda, trata de cambiarlo. Puedes hacer que tu producto no utilice combustibles fósiles; que esté hecho a base de materiales reciclables, que te garanticen que cuando su tiempo de vida termine, comenzará una nueva reciclándolo.
Para poder recolectar, primero hay que saber separar la basura de manera adecuada. Una medida que se ha implementado y ha funcionado durante varios años, es separar los residuos en botes de diferentes colores, donde cada color señala un tipo de residuo en particular.
Actualmente, se utilizan tres colores: el verde, para los desechos orgánicos, como cáscara de fruta, residuos de comida, huesos, etc.; el gris, para inorgánicos reciclables, como vidrio, cartón, envases, empaques, entre otros; y el naranja, para inorgánicos no reciclables, como lo son las toallas sanitarias, pañales, preservativos, etc. Los colores pueden variar de acuerdo a tu país o localidad.
La recolección de estos desechos será hecha por alguna empresa en particular, posiblemente sea el camión recolector que sí separa los residuos y que pasa diariamente por tu casa.
Por otro lado, si en tu localidad no se cuenta con este servicio, hay lugares que se dedican a la recolección de materiales para después revenderlos a las grandes industrias que se encargan de reciclar. Puedes asistir a estos lugares y dejar tus residuos separados para que sean reciclados.
Una vez que los centros de reciclaje tienen los residuos en sus manos, comenzarán con el proceso ideal para cada material. Algunos pasan por derretimiento, trituración, lavado, etc.
El plástico tiene un proceso específico para que se pueda reciclar: primero, debe pasar por una clasificación, en la que se separa cada tipo de plástico como lo son PET, ABS, PS, PEAD, entre otros.
Después, se lleva a una separación de materiales, ya que algunas pueden contener componentes no aptos para el proceso, como aluminio, papel, pegatinas, etc. También se pasa por una segregación de colores, donde se puede ahorrar el colorante al momento de crear el nuevo material.
Luego, pasa por trituración, donde a todo el material se le da el mismo tamaño y grosor para facilitar los siguientes pasos. Posteriormente, se lleva a lavado donde se sumerge en agua y se trabaja como si fuera una lavadora de ropa común, para después ser secado.
Lo siguiente será calentarlo para que se funda, si se desea se le añadirá colorante, a este proceso se le llama extrusionado. Se pasará por distintas máquinas en las que se le terminará por dar forma de hilos o filamentos; luego son cortados y vendidos por lotes a empresas que les interesa crear productos con este material.
Ahora ya lo ves, no es tan simple el proceso de reciclaje de un material, pero tiene resultados positivos y beneficia nuestro entorno social y ambiental.
Cuando los materiales son reciclados pueden tener una nueva vida, se convierten en botellas, combustible, macetas, bolsas, latas, motores, partes de automóvil, vigas, entre muchas otras opciones.
La recolección y clasificación de la basura nos toma poco tiempo, sin embargo, el cambio que logramos hacer es inmenso, únete a la hermosa labor de reciclar, cualquiera puede hacerlo desde casa.
