En entradas anteriores, hemos hecho mención de los efectos de la basura en nuestro entorno. Hoy te describimos los deshechos que más frecuentemente son arrojados a la basura, los daños que se ocasionan y posibles soluciones.
De acuerdo a estudios recientes, se estima que en el mundo se generan al año 2.010 millones de toneladas de residuos sólidos, y al menos 33% de ellos no son tratados.
Lo anterior se traduce a que aproximadamente 663.300 mil toneladas terminan vagando alrededor del mundo. Toda esta basura sin tratar termina rodando hasta llegar a todos los rincones; bosques, selvas y mares, son los más afectados de esta invasión.
La nula cultura de la gestión de residuos en las ciudades es lo que permite que, día con día, la acumulación de basura en las calles vaya en aumento. El tirar la basura descuidadamente contribuye a estas cifras alarmantes.
En América Latina 52% de los residuos que se generan son alimentos. Un tercio de los desechos son materiales secos reciclables (papel, cartón, vidrio y plástico, limpios y secos).
Lamentablemente, es común que al caminar por las aceras de las grandes avenidas nos encontremos con papelitos y botellas de plástico regadas por todas partes. Cada vez que una persona tira una pequeña envoltura contribuye a la contaminación de la ciudad.
Se estima que casi un 15% de la basura que no ha sido caracterizada por los sistemas formales sea orgánica y que proviene de zonas rurales y de bajos ingresos, áreas que tienden a generar basura húmeda y desechos verdes.
El saber otorga poder, si la población tuviera como conocimiento general la gestión de los residuos, empezando desde su separación, se tendría la capacidad para reducir considerablemente la problemática que vivimos.
Es increíble pensar que de la exuberante cantidad de basura que se genera en el mundo solo se recicla el 4.5%. Por tanto, es importante concientizar a la población del impacto de tirar la basura sin separarla o tratarla.
Los efectos negativos en la salud, es una de las grandes consecuencias que la población debe visibilizar al coexistir con la basura.
Segundo, su impacto negativo en los ecosistemas, la basura ha pasado a formar parte, malamente, de la cadena alimenticia de los animales causándoles la muerte. Estos efectos están correlacionados, ya que el ser humano consume alimentos provenientes de ecosistemas contaminados y puede enfermar.
Y así podemos enlistar un sinfín de consecuencias asociadas al tirar la basura sin consciencia de lo que pueda pasar. Afortunadamente, los altos mandos del estado se han dado cuenta de la importancia de crear campañas de reciclaje.
Estos cambios comienzan desde el hogar, separando la basura por su clasificación básica: orgánica e inorgánica. Pero también conocer las clasificaciones específicas de cada uno de los residuos.
Para facilitar esta tarea existen contenedores de diferentes colores que representan el residuo que se debe desechar dentro del mismo. Además, entre estas clasificaciones se debe identificar un depósito especial para los residuos peligrosos.
La separación de la basura no es nuestra única responsabilidad sobre la basura que generamos. Debemos vigilar que el servicio de recolección sea el adecuado para el tipo de basura que estamos produciendo.
En la actualidad, el sector informal, mejor conocidos como cartoneros o pepenadores, es altamente activo. Estas personas se dedican a recolectar un residuo en específico, ya sea lata, plástico o cartón, por ejemplo.
En las grandes ciudades se estima que existe un promedio de 4.000 recicladores activos que recolectan materiales diversos. Estas personas se han convertido en una suerte de ejército verde, ya que, mediante la recolección y separación, trabajan por el planeta.
Existen formas para actuar que disminuyen los efectos de la basura; primero, no tirar la basura descuidadamente; segundo, separar como es debido para facilitar su tratamiento; y tercero, asegurarnos que el servicio de recolecta lleve los residuos para su tratamiento, eliminación, reuso o reciclaje.
Christopher Williams, director de la ONU, ha planteado al “desperdicio” como una oportunidad para acabar con el hambre. Mencionando que el desperdicio es oro, y se puede sacar provecho y recursos económicos con su buen manejo.
Haciendo énfasis de que para que esto se vuelva una realidad depende de la voluntad, la tecnología y las políticas públicas, que deben combinarse para lograr ese fin. No es compromiso de uno, sino de todos.
Si se logra que los restaurantes, los supermercados y los consumidores comiencen a tratar los residuos de manera eficiente, se podría generar mucho ahorro para las ciudades y los impuestos de los ciudadanos.
Además, se puede convertir también en una mayor cantidad de puestos de trabajo. Solucionando la problemática de la contaminación de basura, la falta de empleo y de hambre que se vive en América Latina.
Conoce más sobre la problemática de la basura en las ciudades y sus posibles soluciones. Las respuestas a nuestra problemática son más sencillas de lo que pensamos. Contribuiremos a un cambio sustentable para mejorar nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras.
