Las concentraciones de desechos electrónicos son cada vez más abundantes. La acumulación de basura tecnológica representa una problemática mundial que, si no se atiende a tiempo, generará daños severos a la salud pública y al medio ambiente.
Los desechos electrónicos son basura producida por artículos electrónicos en desuso. Debido a que están hechos de metales pesados y químicos tóxicos, cuando no se gestionan correctamente, se convierten en agentes contaminantes de alta peligrosidad.
Actualmente la ONU realiza monitoreos para calcular la cantidad de residuos producidos por año en el mundo. El Monitor Global de Residuos Electrónicos 2020 registró el récord de 53,6 millones de toneladas en el 2019 y reportó un aumento del 21% en solo cinco años.
Según el observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos 2020, el volumen de basura electrónica alcanzará los 74.7 toneladas métricas dentro de los próximos diez años. La alarmante cifra es el resultado del incremento en la tasa de consumo de aparatos eléctricos.
La obsolescencia programada, en conjunto con el avance desmesurado de la tecnología, causaron que las personas consumamos cada vez más. Como consecuencia, los dispositivos viejos terminan acomulandose en los mares y vertederos clandestinos .
Los desechos electrónicos están hechos de materiales altamente tóxicos como: mercurio, plomo, cadmio, arsénico y cromo. Cuando estas sustancias entran en contacto con animales, plantas y personas, traen consecuencias nocivas para el entorno.
El consumo responsable es la mejor estrategia para reducir la cantidad de residuos que producimos. Luchar contra la obsolescencia programada es difícil; sin embargo, los consumidores podemos tomar la decisión sobre nuestros hábitos.
Antes de comprar un aparato nuevo, debemos cuestionarnos si realmente lo necesitamos. Es muy común que los dispositivos que aún son funcionales terminen en los vertederos debido al mal uso que les damos. Aprovechemos la vida útil de la tecnología.
Si ya tomamos la decisión de comprar, entonces es importante darle preferencia a aquellas marcas que garanticen calidad y tiempos de vida largos. La publicidad a veces juega contra nosotros, así que es importante investigar y no dejarse llevar por las tendencias.
Si ya no queremos un equipo, pero todavía funciona correctamente, podemos venderlo o donarlo a quien lo necesite. Actualmente existen muchas asociaciones que se dedican al acopio de computadoras usadas para dárselas a personas que no pueden adquirirlas.
Acorde a la Fundación Mundial de Reciclaje, la chatarra electrónica representa una amenaza para el planeta. La producción y el uso de aparatos eléctricos representa el 14% de las emisiones totales de Co2, sin mencionar los estragos que causa su acumulación.
Las consecuencias del mal manejo de este tipo de desechos, no solo afecta a la atmósfera, tiene efectos en todo el planeta. Contaminación del agua y del suelo, muerte de especies y problemas de salud pública son sólo algunos ejemplos .
Algunos equipos necesitan baterías para funcionar. Estas liberan ácidos y sustancias que se filtran a la tierra y los mantos acuíferos. Un tubo de luz fluorescente contamina hasta 16.000 litros de agua y una televisión puede afectar hasta 80.000 litros.
Si sólo un artefacto puede causar tantos estragos, ¿qué pasa cuando se juntan cientos de toneladas? El contacto de agentes contaminantes con los ecosistemas puede alterar los ciclos naturales de la tierra y propicia la extinción de plantas y animales.
La salud pública es una de las consecuencias inmediatas de los desechos electrónicos. La mayoría de los materiales utilizados para generar los aparatos son letales para el ser humano. La exposición recurrente a las sustancias causa enfermedades mortales:
La mejor opción para reducir el impacto de los desechos electrónicos es reutilizar los aparatos. Reutilizar los equipos y alargar su vida útil ayuda a disminuir el consumo de energía y minimiza la producción de basura.
Para alargar la vida de los artefactos podemos optar por repararlos en vez de tirarlos. Actualmente hay muchos centros con especialistas que se dedican a restaurar aparatos, incluso podemos encontrar tutoriales en internet para solucionar problemas menores.
En el caso del
reciclaje, es importante clasificar correctamente los desechos para facilitar el proceso. Actualmente existen lugares especializados en donde podemos depositar los
residuos
adecuadamente para evitar que contaminen el medio ambiente.
Al igual que la basura común, la chatarra electrónica
debe clasificarse para procesarse correctamente. Las categorías se dividen en cinco dependiendo de sus usos y compuestos:
En la primera categoría se encuentran electrodomésticos, cámaras fotográficas y teléfonos fijos; en la segunda equipos de cómputo y televisores; en la tercera hay celulares y pilas; en la cuarta cargadores, cables y películas; en la quinta, pilar alcalinas, lámparas y balastras.
Los desechos electrónicos representan una amenaza para el planeta debido a sus componentes . Estos no solo alteran al medio ambiente, también afectan la salud. Para frenarlo podemos optar por reducir, reutilizar y reciclar los dispositivos.
Para conocer más sobre el cuidado del medio ambiente y la gestión correcta de la basura, te invitamos a conocer nuestra sección de noticias.