Reciclar vidrio es cuidar el medio ambiente: evita la extracción de materias primas de la naturaleza; frena el crecimiento de los vertederos y de la contaminación; ahorra en el consumo de energía; reduce emisiones de CO2 y mitiga el cambio climático.
Además,
sin importar cuántas veces se recicla, el vidrio conserva sus propiedades iniciales al 100%, por lo que es un ejemplo de sostenibilidad.
Al reciclar el vidrio estamos evitando la degradación del suelo, ya que suprimimos el uso de nuevas materias primas como la arena de sílice, carbonato de sodio y arena caliza.
Una de las maravillas del vidrio es que puede reciclarse incontables veces, sin perder la calidad y sus propiedades originales. ¡De una botella puede generarse otra exactamente igual!
Al tener el hábito de separar la basura en contenedores, podemos reducir la cantidad de desechos que van a los vertederos.
Según las cifras reportadas por la SEMARNAT,
sólo se recicla el 12% de las 2.5 millones de toneladas de envases de vidrio que se tiran a la basura en el país. Imagina cuánto podría reducirse el volúmen de basura en los vertederos si toda esa cantidad de vidrio la depositamos en los contenedores adecuados.
El uso de vidrio reciclado o calcín ayuda a reducir el uso de energía, ya que la temperatura de fusión de este material es inferior a la que se necesita para fundir la arena o la caliza.
Se reduce en un 38% el consumo de energía durante el proceso, es decir 684.721 MWh. Para que te des una idea, hablando de
reciclar botellas de vidrio:
si reciclas 3 botellas, ahorras la energía equivalente a la que generas al cargar tu móvil durante todo el año.
El vidrio se recicla al 100% y puede servir de materia prima para fabricar nuevos envases. Estas acciones contribuyen a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera que, como ya sabemos, es uno de los principales agentes del calentamiento global.
Cuando se recicla el vidrio, se evita la emisión de 556.061 toneladas de CO2, asociadas a la extracción y el transporte que sería necesario para sacar las materias primas de la naturaleza.
El impacto que genera el vidrio en el medio ambiente puede mitigarse gracias al reciclaje. El vidrio puede tener vidas infinitas. Su cadena de reciclaje es un claro ejemplo de economía circular. Las fases son las siguientes:
El ciclo inicia con el depósito del vidrio en el
contenedor correspondiente. Posteriormente se realiza la
recolección de basura de manera selectiva. Los recolectores cargan el vidrio de los contenedores en los camiones, para llevarlo al centro de reciclaje.
Una vez que el vidrio llega a la planta de tratamiento, los camiones descargan el vidrio usado. Luego se pasa a las bandas donde se eliminan impurezas. Ahí también se retiran las tapas, tapones, restos de metal o plástico, la cerámica y la porcelana.
Ya que se ha pasado por un proceso de selección, se procede a triturar el vidrio, dando como resultado el calcín, que se utiliza como materia prima para hacer las botellas. El siguiente paso es fundir el calcín. Finalmente, se generan los nuevos envases o botellas y se rellenan para su posterior comercialización.
Para que el proceso de reciclaje del vidrio se lleve a cabo de manera óptima, es importante saber qué tipo de vidrio se debe colocar en los contenedores, puesto que no todo el vidrio se puede reciclar.
Hay objetos que tienen una composición distinta al vidrio y que pueden perjudicar el proceso de reciclaje, como la cerámica, porcelana, bombillas, cristal de copas o vasos y espejos.
Estos materiales no deben colocarse en los contenedores verdes.
Los materiales que sí deben colocarse en los contenedores son las botellas de vidrio (sin corcho o tapa), frascos de vidrio (como el de los perfumes) y tarros de alimentos (sin tapa).
No todos los camiones de recolección de basura llevan el vidrio a los centros de reciclaje, por lo que es importante que consultes con tu servicio de recolección si ellos realizan esa actividad.
Puedes hacer contacto con el centro de reciclaje y, en ocasiones, ellos acuden al domicilio por las botellas de vidrio, sobre todo si se reúne una cantidad considerable. Esto lo puedes conseguir reuniendo el vidrio de todos los vecinos en un contenedor grande. O bien, si se trata de un comercio o empresa, programar la visita del centro de recolección.
Cada pequeño gesto cuenta. Reciclar tres botellas de vidrio, ahorra la energía suficiente para lavar la ropa de 4 cuatro personas, tres veces. ¡Imagínate! Así que no menosprecies tu esfuerzo,si todos colaboramos podemos reducir el impacto ambiental de la basura.
Recuerda que
la basura puede monetizar, así que todos ganamos. Lo importante es empezar, ya sea en tu casa, en conjunto con la asociación de vecinos, o en tu negocio. Si todos emprendemos acciones, los resultados serán a gran escala y podremos ver un cambio.
